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Alimentamos un estilo de vida prefabricado e ideado por otros. Nos matamos a trabajar para poder mantener la ilusión de llevar una vida estupenda. Cuanta más ambición, más insatisfechos nos sentimos. Cuanta más exigencia menos felices somos.
Vivimos, sin quererlo, en un estado de malestar invisible. Nos agobiamos cuando tomamos consciencia de ello y entonces actuamos sin pensar. Provocamos cambios innecesarios que empeoran la situación.
Así hasta el infinito, atrapados en círculos concéntricos que Dante describía como elinfierno y la filosofía hindú como el samsara. En la mitología griega nuestro destino es hilado por el huso de las tres Moiras, hijas de la Necesidad, que gira sin descanso.
Las Moiras representan las fuerzas que marcan el curso de los acontecimientos. A través de la observación y el conocimiento, las técnicas del yoga nos enseñan a manejar los conflictos y desequilibrios que nuestra ignorancia provoca.
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Nuestra forma de entender la vida es limitada, posiblemente errónea y en muchas ocasiones frustrante. La impotencia y el dolor que la vida conlleva deben ser aceptados. La verdad es que no podemos vivir si no es a través de nuestros errores.
Todo lo que existe tiene algún propósito. El caos es el orden que todavía no comprendemos. La existencia no puede carecer por completo de sentido. Jung decía que lo que no hacemos consciente se manifiesta en nuestras vidas como destino.
Miedo al vacío, a salirnos del consenso social, a tener libertad y equivocarnos. Miedo a ser admirados, criticados o ser indiferentes a los demás. Nos acercamos con miedo alconocimiento cuando tendríamos que sentir pavor de la ignorancia.
No podemos separar nuestra identidad de las circunstancias en las que se desarrolla. No somos víctimas de la sociedad ni del destino. No huyamos de nuestros compromisos. Indaguemos en la finalidad de lo que somos y de aquello que vivimos.
Todos somos héroes de lo cotidiano cuando nos atrevemos a ser y compartir lo que somos. Aceptar, respetar y amar, a uno mismo y a los demás. Hay quien puede vivir sin felicidad y hay quien no. A la larga, sólo el amor hace soportable el mundo.
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Las imágenes que acompañan al texto son del imprescindible documental Pina 3D dirigido por el veterano Wim Wenders que todavía están a tiempo de ver en pantalla grande.
Esta entrada está inspirada por unas declaraciones de la filósofa y diseñadora japonesa, de 69 años, Rei Kawakudo que me hicieron reflexionar sobre la creación de nuestra identidad y los esfuerzos que ello conlleva:
«Muchas veces me han dicho que cuando la gente lleva mi ropa se siente poderosa y libre. No es esa mi intención ni mi objetivo cuando comienzo a diseñar una colección, pero es el resultado natural de luchar tanto en su creación. Eso implica, por tanto, un esfuerzo para llevarla. Y si la gente lo consigue, obtendrá una recompensa al final, se sentirá más fuerte».