A pesar de que a Madonna le ha salido mucha competencia sigue elaborando estrategias de éxito y calidad. Lo último es el cortometraje «Secret Project Revolution» cuyo mensaje es el manido «haz el amor y no la guerra». La enésima colaboración con Steven Klein está llena de imágenes terroríficas y hermosas, estética decadente y por supuesto emociones obscenas y elegantes firma de la casa.
No es necesario ser fan de Madonna para disfrutar de su talento y de los profesionales con los que colabora. En este caso Steven Klein tiene el talento de un dios oscuro que consigue hacer de lo feo algo bonito. Da forma a lo irracional, nos provoca, es profundo, decora nuestra oscuridad y nos entretiene. No se puede pedir más.
Sabemos que las palabras evocan realidades subjetivas. La palabra dolor nos conmueve, nos duele y nos perturba. La palabra placer nos promete, nos seduce y nos engaña. Todo en esta vida nos atrae o nos repele, nos gusta o nos disgusta, nos halaga o nos ofende. En la lógica del hedonismo, pasar desapercibido es no existir y ella lo sabe.
Aunque el deseo nos traiga dolor y placer a partes iguales ¿quién no desea, ansía y echa de menos algo o a alguien? Hemos perdido el pudor ante la belleza. Contemplamos la belleza con un cierto dolor mal disimulado. En el fondo nos gustaría devorarla, poseerla, disfrutarla con violencia y sin prejuicios. La belleza promete poder, libertad, juventud y una cierta felicidad inconsciente. La queremos nuestra y la queremos ya.
Aunque la mirada del otro duela nos da existencia. Necesitamos que nos presten atención, necesitamos ser importantes para alguien, aunque sea unos instantes. Nadie quiere morir del todo y mucho menos vivir en el olvido. Vivir aplaca el hambre de experiencia y conocimiento. Morir es muy aburrido para algunos artistas y trabajan duro para seguir ahí. Aunque no lo recuerdes, antes de que tu llegarás ella ya estaba allí y no tiene intención de irse ¿Se aburrirá algún día del infierno?