Bajo los párpados habitan otras realidades. Entre los pliegues del cerebro se abren las puertas a lugares extraños. Vivimos en red, conectados con lugares que desconocemos. Estamos hechos del material que están hechos los sueños. El mundo es un juego de espejos.
En el aforismo 1.38 de los Yoga Sutras de Patánjali, se dice: «La exploración de nuestros sueños, de nuestro sueño y de las experiencias vividas en estos estados o en relación con ellos nos puede ayudar a clarificar algunos de nuestros problemas». Si esto es cierto, deberíamos confiar más en el poder del inconsciente y su función curativa.
Jacobo Siruela, intelectual, visionario y responsable de la cuidada selección de obras publicadas en la editorial Atalanta, ha escrito El mundo bajo los párpados, un libro atrevido y extraño sobre la vida que palpita en el interior de los sueños. Sueños lúcidos, visionarios, premonitorios y proféticos, oscuros, compartidos, inspiradores. Con los ojos cerrados transitamos por mundos invisibles que revelan la naturaleza oculta de la psique.
Estamos conectados al mundo externo a través de los cinco sentidos. Nuestro mundo interno existe en virtud de otros sentidos que nos permiten captar ideas, procesarlas y hacer algo útil con ellas. El mundo sutil de las imágenes mentales y los procesos cognitivos altera significativamente nuestra percepción de la realidad. Las ideas lo son todo, sin ellas no somos nada.
Nuestros estados anímicos son una respuesta a la atracción o rechazo que nos provocan. La mente individual toma su identidad prestada de la elaboración que hace, consciente o inconscientemente, del material contenido en la mente colectiva. El mundo de lo intangible dirige nuestras vidas. No somos conscientes de ello porque sencillamente no prestamos atención. Si rechazamos sistemáticamente los contenidos inconscientes de nuestras psique, acabaremos devorados por ellos.
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Soñamos y alimentamos así nuestras ansias de libertad, ¿será porque nos sentimos atrapados en unos sueños que no son los nuestros?¿Qué sueños compartimos? ¿Es esta la vida que habíamos soñado? ¿Estamos despiertos realmente o estamos atrapados en un sueño colectivo?
Si somos un sueño, ¿quién nos sueña? ¿De dónde viene todo lo que percibo? ¿Puedo dejar de soñar? ¿Hay vida más allá de los sueños? Y mientras, ¿qué hago en este sueño? ¿Cuál es la finalidad del sueño? ¿Qué posibilidades tiene para mí? ¿Cómo funciona?
Compartimos un sueño colectivo de humanidad. Dejar de soñar es igual a morir. Vivir el sueño de otro equivale a no ser.
Somos unos inconscientes. Dejar de serlo tiene ventajas e inconvenientes pero, ¿tenemos otra opción?