Drama versus comedia

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¿Con quién te identificas de los dos cisnes del ballet de Tchaikovsky, con el cisne negro o con el cisne blanco? ¿Con la condición humana que pelea por ser reconocida con sus imperfecciones o con el alma que habita la carne y anhela redimir su caída a través del amor?

Como a la protagonista, en determinados momentos, la vida nos obliga a tomar decisiones sobre aquéllo que nos impide acceder a lo que deseamos. Aunque parezca lo contrario, ella se sale con la suya. Pierde el miedo a morir, a matar, a perder el control y se erige dueña de su destino. Ella se vence a sí misma, se supera en una versión engrandecida por el mito.

Nada de lo que sucede en la película sucede si no en su interior. Nada es tan real como creemos. Tanto para la protagonista como para nosotros, lo que percibimos es el resultado de cómo gestionamos lo que pensamos y sentimos.

Inquietante y maravillosa fábula sobre las exigencias del proceso creativo y el encuentro interior. El arte destruye al artista, de la misma forma que el amor destruye al amante. Aunque nuestros limitados cuerpos se quiebran al contacto con aquéllo que no tiene límites, nuestras acciones cobran sentido a la luz de lo invisible. La búsqueda de la perfección extrema es tóxica, el exceso de sensibilidad enajena, el equilibrio a veces cuesta.

Cisne negro es una película incómoda, de difícil lectura, que cuenta con un gran reclamo en sus actores.
Me declaro fan absoluto de Darren Aronofsky. Su cine es profundo, intenso y complejo. Otras obras suyas son Pi, Requien por un sueño, The Fountain y The Wrestler; todas recomendables.

Si no quieren ver la belleza del infierno interior no vayan a verla y si están hartos de tanto drama vayan a ver Primos, la última película de Daniel Sánchez Arévalo, el antídoto perfecto al romanticismo oscuro y megalómano.

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Película honesta en sus planteamientos, tan transparente y divertida que su discurso parece inocente. A los personajes de Primos te los llevarías a casa, no tienen malicia, quieren hacer las cosas bien y al final parece que lo consiguen.

Comedia fresca cargada de significados y sentimientos. Historias personales que atrapan a sus protagonistas pero no les incapacita para amar y pensar en los demás. El valor de la amistad, la recompensa del amor verdadero, el atractivo de la inocencia, lo positivo y lo negativo de la neurosis, la eficacia de las buenas intenciones, la importancia del sexo, la necesidad de cerrar los ciclos, de todo eso y de más habla esta película.

Por si fuera poco todos los actores están que se salen.

Me declaro fan incondicional de Daniel Sánchez Arévalo. Otras películas suyas son Azuloscurocasinegro y Gordos. Todas son estupendas.

Vayan a ver esta película y saldrán del cine con el pecho expandido.

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Dos miradas diferentes. Dos formas de caminar hacia la edad adulta. Dos maneras de encontrar el camino propio o, por lo menos, de intentarlo. Dos relatos de frustración, bloqueos e iniciación.

Quiero mirarte a los ojos y creer en lo imposible. Todo cabe en este corazón abierto, el drama y la comedia. Es lo que tiene ser yogui.

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